A escrita de Alejandra Pizarnik

Marcela A. Parrado
3 min readNov 27, 2023

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Apoiada no impossível da palavra, do que é feita a poesia? O que é isso que parece não ter materialidade, a não ser esta, sustentada pela escrita, pela letra, “moterialité”, ou ainda, pelo corpo, ou, mais ainda, pela voz?

No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino con mis voces. También este poema es posible que sea una trampa.

Essa conspiração de invisibilidades tecida pelas palavras, que ao escaparem do que se quer dizer, fazem outra coisa. Barthes diria que não existe fora da linguagem, então é preciso saber fazer algo com ela, subverter a língua para fazer linguagem, trapacear a língua com a língua. Se apoiar no Outro como forma de se fazer outra.

No sé los nombres. ¿A quién le dirás que no sabes? Te deseas otra. La otra que eres se desea otra.

Me deparo com Alejandra Pizarnik e o seu saber fazer com esse impossível. A sua forma de abrir a palavra, de jogar com o silêncio e os seus aullidos, de usar de diversas vozes que a habitam e a atravessam para tentar transmitir um dizer que, embora indizível, está longe de ser inaudível.

No soy yo la hablante: es el viento que me hace aletear para que yo crea que estos cánticos del azar que se formulan por obra del movimiento son palabras venidas de mí.

E como não tem forma melhor de dizer da sua escrita a não ser a partir dos seus escritos, apresento 4 dos seus poemas.

POEMA

Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.

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TU VOZ

Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
Petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte.

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FRAGMENTOS PARA DOMINAR EL SILENCIO

I

Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias, desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos. Y lejos, en la negra arena, yace una niña densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz. Los ramos se mueren en la memoria. La yacente anida en mí con su máscara de loba. La que no pudo más e imploró llamas y ardimos.

II

Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo.

Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque regresarían para sollozar entre flores.

No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo canto florecer mi silencio gris.

III

La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino.

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EL INFIERNO MUSICAL

Golpean con soles

Nada se acopla con nada aquí

Y de tanto animal muerto en el cementerio de huesos filosos de mi memoria

Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan a hurgar entre mis piernas

La cantidad de fragmentos me desgarra

Impuro diálogo

Un proyectarse desesperado de la materia verbal

Liberada de sí misma

Naufragando en sí misma

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Marcela A. Parrado

Poeta e psicanalista, as palavras são sua ferramenta de trabalho, seu lugar de apoio e de fracasso. | Colunista na Revista Brasilis e poeta no Fazia Poesia